Una buena nutrición es fundamental para proteger la salud de los gatos....
¿Qué hago si mi gato no quiere comer?
Si te estás preguntando “¿por qué mi gato no quiere comer?” descubre con PURINA® todo lo que podría significar y asegura el bienestar de tu mascota.
Que estés acá en estos momentos sugiere que por tu cabeza está cruzando la idea “mi gato no quiere comer” y no sabes qué hacer. ¡No te alarmes!, has llegado al lugar indicado para liberarte de esta preocupación.
Cuando tenemos un gato que no come, existen detrás múltiples posibles causas, así como abundantes soluciones. Con PURINA®, aprende a identificar y atender adecuadamente cada escenario que se presente y dale bienestar a tu michi.
Causas comunes de la pérdida de apetito en gatos
Existen diversos factores por los que un gato no quiere comer. Por tanto, identificar el detonante de su falta de apetito será clave para pasar a la acción y motivar al michi a que se alimente como corresponde.
Entérate con PURINA® acerca de las múltiples causas de la pérdida de apetito en gatos y asegura la correcta nutrición de tu ronroneante amigo.
Problemas de salud por los que mi gato no quiere comer
Una de las principales causas por las que los gatos no comen es su salud: afecciones, dolores, malestares, incluso alergias alimentarias pueden provocar en tu michi que sus ganas de comer disminuyan.
En consecuencia, algunos de los problemas de salud por los que mi gato, el tuyo o cualquier otro decide que no quiere comer, pueden ser fácilmente tratados. No obstante, para lograrlo, es clave saber identificarlos.
Enfermedades infecciosas
Infecciones virales o bacterianas, enfermedades que presenten vómito, fiebre, dolor y pérdida temporal del sentido del olfato pueden afectar el apetito de tu gato. Un diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son esenciales para una rápida recuperación.
Los gatos muestran pérdida de apetito debido a diversas razones médicas, incluyendo infecciones, enfermedades del riñón, diabetes o problemas dentales. Estas condiciones pueden ser graves y requieren atención veterinaria inmediata para descartar cualquier padecimiento subyacente.
Enfermedades del riñón
Los problemas renales son comunes en gatos mayores y pueden causar pérdida de apetito. Mantener un control regular con el veterinario es vital para prevenir y tratar estas enfermedades.
Diabetes
La diabetes felina puede llevar a una disminución del apetito. Un control adecuado de la dieta y medicación bajo supervisión veterinaria son cruciales para manejar esta condición.
Problemas dentales
Dolores dentales, encías inflamadas o con objetos incrustados, o hasta dientes dañados, pueden hacer que tu gato evite comer. Un chequeo dental regular es clave para ayudar al adecuado cuidado oral de tu michi y a prevenir estos problemas.
Estrés y cambios en el entorno
Por fortuna, si piensas “mi gato no quiere comer”, no necesariamente es por enfermedad. Hay otros posibles culpables para ello, y entre esos está el estrés o un cambio “mínimo”.
Los gatos son animales muy sensibles a su entorno. Un cambio reciente, como una mudanza, la llegada de un nuevo miembro a la familia o incluso una alteración en su rutina diaria, puede causarles estrés felino y afectar su apetito.
Mudanzas
Al ser animales de hábitos, un nuevo hogar puede resultar en una experiencia muy estresante para un gato. Procura crear un espacio tranquilo y familiar para él, de manera que lo ayudes a sentirse más seguro y relajado.
En estos casos, las feromonas sintéticas o el catnip son útiles mientras se adapta a la nueva situación. Consulta con un veterinario sobre sus recomendaciones antes de tomar cualquier decisión por tu cuenta.
Nuevos miembros en la familia
La llegada de un bebé o una nueva mascota puede ser una fuente de estrés para tu compañero peludo. Introducirlos lentamente y proporcionar atención adicional a tu gato podría ayudar a minimizar el impacto.
Alteraciones en la rutina
Como mencionamos antes, los gatos son animales de hábitos. Mantener una rutina constante puede ayudar a reducir el estrés y mejorar su apetito.
Sumado a esto, los cambios “mínimos” para nosotros, pueden romper por completo la rutina del michi, así que, si planeas ajustar algo en casa o un hábito en particular, trata de hacerlo de manera amigable con tu amigo de cuatro patas.
Por su parte, si optaste por cambiar su alimentación habitual por otra fórmula que responda mejor a sus necesidades (sea condicionado por edad o por recomendación médica), trata de hacer la transición de manera controlada y paulatina.
Un cambio súbito en la alimentación de tu gato puede no sólo indisponerlo y hacer que no coma, sino que, además, podría resultar en alguna molestia digestiva para él.
Consecuencias de la mala alimentación en gatos
Como consecuencia de una nutrición inadecuada, tu mascota podría presentar condiciones como fatiga, desinterés y agresividad. Además, podrían aparecer otras afecciones que atenten de forma directa al bienestar de tu ronroneante amigo.
Pérdida de peso y masa muscular
Además, si un gato deja de comer por un período prolongado el alimento y las porciones adecuados, puede sufrir pérdida de peso y de masa muscular, interfiriendo con su movilidad y provocando afectaciones a su bienestar en general.
Problemas hepáticos y otros trastornos graves
Presta atención a tu michi y, si en este momento, estás en el modo “mi gato no quiere comer”, toma acción y evítale problemas de salud. Por ejemplo, la inapetencia en gatos puede llevar a una condición peligrosa llamada lipidosis hepática.
Esta enfermedad se produce por la acumulación de lípidos (grasa) en el hígado de los gatos que no comen o rechazan la alimentación. En circunstancias extremas, la lipidosis hepática puede ser fatal.
Tips para que tu gato vuelva a comer
Ante las primeras señales de inapetencia puedes ayudar a tu mascota a que recupere el apetito. Para ello, te recomendamos que sigas las siguientes pautas.
Verifica su estado
Para empezar: asegúrate de que no esté enfermo o presente algún problema físico que le impida alimentarse adecuadamente. Confirma que no haya comido algo que pudiera provocarle una intoxicación o envenenamiento.
Crea un ambiente tranquilo y seguro
Asegúrate de que el área de alimentación de tu gato esté en un lugar tranquilo y libre de estrés, lejos de su caja de arena. De ser necesario, puedes utilizar difusores de feromonas para calmar a tu mascota.
Cambia o mejora la comida para gatos que le das
Prueba diferentes tipos de comida para gatos, ya sea cambiando el sabor o incluso la textura (alimento húmedo vs. seco). A veces, calentarlo ligeramente puede hacerlo más apetecible.
Raciona su alimentación
Por curioso y contradictorio que pueda parecer, esta estrategia podría presentar resultados muy positivos y cambiar el “mi gato no quiere comer” por un “qué bien se alimenta mi mascota”.
Dale su comida en pequeñas dosis a lo largo del día y ubícalas a cierta altura. Así fomentarás su instinto cazador y conseguirás que él perciba que su alimento es fresco (recién suministrado) y que no puede disponer de él cuando le apetezca.
Permanece junto a él mientras come.
Si la causa de su inapetencia es de origen psicológico o por un cuadro de estrés, tu presencia le transmitirá paz y seguridad. Coloca el bol en un lugar tranquilo, libre de ruidos y acarícialo cuando se lo ofrezcas.
Prueba con alimento húmedo para gatos
Incorpora alimentos húmedos como patés y mousses a su dieta, pues son más aromáticos, fáciles de comer y, por lo tanto, apetecibles. El alimento húmedo es bueno para tu gato porque tiene mayor cantidad de agua que el seco.
Consejos adicionales para mejorar la alimentación de tu gato
Si además de estas recomendaciones de PURINA® buscas más opciones para responder a la pregunta que ronda tu cabeza "¿por qué mi gato no come?", continúa leyendo. Esto te interesará y al bienestar de tu michi.
Mantener una rutina alimenticia
Intenta mantener las mismas porciones y un horario regular de alimentación para tu mascota. Recuerda: los gatos son animales de hábitos y una rutina constante puede ayudar a reducir su estrés e inapetencia.
Ofrecer premios y suplementos
Utilizar golosinas adecuadas o suplementos nutricionales puede estimular el apetito de tu gato. Antes de tomar cualquier decisión, consulta con un veterinario sobre las mejores opciones disponibles.
En cualquier caso, si tu gato deja de comer durante un período superior a 24 horas, inclusive si no se observan síntomas visibles, es crucial para el bienestar de tu mascota que reacciones a tiempo.
Este tipo de conductas deben atenderse y consultarse con un veterinario. La falta de apetito en michis puede evolucionar, pasando de ser un simple “mi gato no quiere comer” a llevarlo a desarrollar patologías más complejas.
Si, además de inapetencia, notas que tu gato presenta síntomas como lagrimeo, mucosidad, vómitos, diarrea u otros, no pierdas el tiempo y acude de inmediato al veterinario: podría incluso estar en riesgo la vida de tu mascota.
Para más información sobre la alimentación, salud y bienestar de tu mascota, continúa leyendo los contenidos de PURINA®. Acá encontrarás recursos valiosos para asegurar un óptimo estilo de vida para tu amigo de cuatro patas.
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