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Con PURINA® descubre más acerca de la pérdida de apetito en canes y cambia el "mi perro no quiere comer" por un "qué bien se alimenta mi mascota".
Si estás leyendo esto, seguramente te estarás preguntando “¿por qué mi perro no quiere comer?”. ¡No te preocupes! Con PURINA® aprende más acerca de la inapetencia canina, qué la provoca y cómo lidiar con ella.
Para empezar, es importante prestar atención al comportamiento de tu mascota y ver cómo se desenvuelve. De esta manera, podrás garantizar su adecuada nutrición y, en consecuencia, darle un mayor bienestar.
Si de un momento para otro tu mascota empieza a dejar su alimento en su plato, pensarás “mi perro no quiere comer, ¿estará enfermo?”. En realidad, esta puede ser una opción, mas no es la única posibilidad. Sigue leyendo y lo entenderás.
¿Por qué mi perro no quiere comer?
Tu mascota es un miembro más de la familia y cuando notas algo extraño es normal que te preocupes. Por ejemplo, si se da el caso de que rechace su comida, puede ser una señal de que tu perro no está pasando por un buen momento.
Debes saber que hay múltiples motivos por los que un can no se alimenta como corresponde. Veamos algunas razones detrás de este comportamiento.
Cambios en su dieta
El organismo de nuestras mascotas es muy sensible, de manera que los cambios repentinos podrían no caerle muy bien. Por tal motivo, si hiciste un cambio recientemente y tu perro no come hay dos escenarios posibles.
“Cambié el alimento de mi perro y no quiere comer, pero antes lo hacía sin problemas”. En el primer caso, es bastante simple: el producto que le compraste no le gusta, ya sea por su olor o por su textura, por lo que tendrás que elegir otro.
El segundo escenario es un poco más complejo. Si por alguna razón le estás dando una nueva comida y el cambio de alimentos de tu mascota no se hizo con una transición lenta y adecuada, es probable que lo rechace.
Los perros necesitan que este proceso se haga paulatinamente. Combina el alimento que suele comer con el nuevo, para que se vaya acostumbrando. Además, procura servirle la comida a tu mascota siempre a la misma hora.
Estrés o aburrimiento
Un cambio de casa, un ambiente incómodo, tu ausencia o solo el hecho que no esté suficientemente estimulado pueden llevar a tu perro a que sienta los síntomas del estrés y la ansiedad caninas.
En consecuencia, una de las señales más comunes es que el perro no quiera comer. Por lo tanto, tu mascota va a necesitar tiempo para adaptarse a un nuevo entorno y, de paso, para que recupere el apetito.
Enfermedad
Es probable que si no se siente bien no quiera comer. Si ha sido tratado por el veterinario sólo sigue sus indicaciones para su pronta recuperación y continúa ofreciéndole su alimento y agua de manera habitual.
El dolor, las infecciones o una cirugía pueden ser la causa del rechazo. Por ejemplo, un malestar dental, o una infección en los oídos del perro podrían provocar que comer sea incómodo y, por tanto, no lo haga.
Ten paciencia y haz caso de las indicaciones del veterinario. De esta manera, podrás hacer que pronto tu amigo de cuatro patas se recupere y pueda volver a comer con total normalidad.
Ingesta de medicamentos
De igual manera, si está bajo tratamiento y observas que no quiere comer es probable que esta sea la causa. Consulta con el médico veterinario si es un efecto secundario del fármaco que le formuló y siempre mantenlo bien hidratado.
Época de celo
El amor suele hacer presa de las mascotas y, al entrar en celo, su apetito podría disminuir. Su interés en la cruza es más intenso que alimentarse. En poco tiempo todo volverá a lo habitual, no obstante, mantenlos vigilado, por prevención.
Obstrucción intestinal
Esta condición es grave y la inapetencia es uno de los síntomas. Si tu mascota se tragó un objeto que provocó la obstrucción es muy importante que lo lleves al veterinario lo más pronto posible.
Tu perro puede rechazar su comida por estas razones u otras más que, quizá, no sean tan notorias. Observa si algo ha cambiado en su alimento, comportamiento o rutina y, ante cualquier duda, siempre será mejor consultar con el veterinario.
Mi perro no quiere comer: ¿qué podría pasar?
Las consecuencias de una inadecuada nutrición de nuestras mascotas pueden variar según cada caso. En general, puede influir de manera negativa en el bienestar y energía del animal.
En este caso, el principal problema de la inapetencia de los perros no es que no quieran comer: es por cuánto tiempo no lo hacen. Los canes son, por lo general glotones, por eso merecen nuestra atención cuando no han comido en todo el día.
Por supuesto, si como tutor piensas “mi perro no quiere comer” debes actuar de inmediato. Una nutrición inadecuada (o nula, en este caso) puede derivar en múltiples problemas para tu mascota.
Inicialmente, no tendrá la energía suficiente para sus actividades, por lo que no jugará, ni se moverá de la manera en que suele hacerlo. Sumado a esto, tu perro pasará la mayor parte del tiempo en letargo.
Es posible incluso que ni siquiera se “ponga en marcha” para hacer sus necesidades. Esto significa que cabe la posibilidad de que su higiene también pueda verse afectada.
En casos más graves, el perro perderá la grasa que necesita a manera de combustible y por tanto reducirá su peso. Adicionalmente, no recibirá los nutrientes que requiere, por lo que el bienestar de todo su organismo se pone en riesgo.
Esto significa que no sólo no tendrá energía, sino que sus demás procesos internos podrían flaquear. Por ejemplo, las defensas de tu perro pueden perder eficiencia, por lo que es posible que enferme; o quizá presente molestias en zonas como las articulaciones o su visión por la falta de nutrientes.
Al igual que los humanos, una inapetencia sin controlar es un riesgo latente para su integridad. Por lo tanto, aliméntalo como corresponde e impide que se presente el peor de los escenarios: que el perro llegue a morir por inanición.
Mi perro no quiere comer: ¿qué puedo hacer?
En estos casos, lo primero es siempre estar atento a las señales: ¿Cuánto tiempo lleva que no come adecuadamente? ¿Cambió recientemente su rutina? ¿Tiene alguna enfermedad o le duele algo? Con esto en mente, podrás identificar la causa y la manera de abordarla.
Por supuesto, siempre considera consultar a un veterinario: solo basta que le digas “mi perro no quiere comer” y que le expongas lo que has notado. Este profesional te orientará mejor y sabrá qué hacer.
Ahora bien, si la pérdida de apetito de tu mascota es por un nuevo alimento, cabe la posibilidad de que obedezca a que estás haciendo el cambio de manera incorrecta. En este caso, tendrás que aprender a hacerlo.
Para una adecuada transición de una comida a otra, al principio coloca 75% de su antiguo alimento y 25% del nuevo. Después de dos días, cambia la proporción a 50% y 50%, para luego pasar a 75% de su nueva fórmula y 25% de la que le dabas y, finalmente, lograr el ajuste total.
Si hay una situación estresante en la vida de tu perro, y esto provoca que no se alimente como es debido, prueba con algunos juegos que lo estimulen. Tu compañía también puede ayudarlo a enfrentar esta nueva etapa.
Asimismo, considera el uso de snacks o premios, sin abusar de ellos, o también colocando en su tazón porciones más pequeñas de comida. Un producto como PURINA® BENEFUL® baked delights – snackers le encantarán a tu mascota.
Entre tanto, otra opción alimenticia para estos casos podría ser PRO PLAN® SENSITIVE SKIN AND STOMACH. Su fórmula con Omegas 3 y 6, además de probióticos y prebióticos será un gran apoyo para perros con diarrea.
Considera también el uso de un alimento húmedo para perros. Estos productos se caracterizan por tener un olor más fuerte y un mejor sabor, por lo que podría ayudar a que tu perro recupere el apetito.
Una alternativa podría ser DOG CHOW® Adultos todos los tamaños con carne. Gracias a sus ingredientes de alta calidad, tu mascota podrá volver a comer y lo hará con un producto completo, balanceado y delicioso.
En PURINA® creemos que cuando las mascotas y las personas se unen la vida es mejor. Recuerda que, con tus cuidados y paciencia, en poco tiempo pasarás de pensar “Mi perro no quiere comer” a un “Cómo se alimenta de bien mi mascota”.
FUENTES:
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